Las partes del coche más complicadas de reparar

 



Todo es bonito al principio. La primera firma, el apretón de manos, sacar el coche del concesionario… Sea nuevo o de segunda mano, sea un Nissan GT-R o sea un Dacia de 8a mano, comprar un coche siempre es un momento ilusionante, especialmente si es el primero.

Pero todo lo bonito tiene sus momentos duros o incluso un final, y en el caso de los coches nos llega con las averías. Algunas son pequeñas e insignificantes, otras nos duelen en el alma y la cartera.


Bomba de alta presión: Los inyectores de combustible de los motores diésel trabajan con una presión tan elevada como precisa, y esta pieza es la encargada de suministrarla.

La mala calidad del gasóleo (incluyendo la presencia de agua en el combustible), los restos metálicos procedentes del desgaste anómalo del motor o los fallos electrónicos son las principales causas de una avería que puede exigir la sustitución de una pieza con un precio entre 600 y 2.000 euros, más la mano de obra de la reparación.

Correa de distribución: La pesadilla de los propietarios de coches. Es la encargada de sincronizar el giro del cigüeñal con el árbol de levas para que las válvulas trabajen con la precisión necesaria. Se trata de una avería bastante previsible con un correcto mantenimiento, siguiendo las indicaciones del fabricante para su tensado o sustitución. Lo aconsejable es cambiarla cuando corresponde con precios que van de los 250 a los 2.000 euros, porque en caso de rotura puede provocar un auténtico destrozo en otros componentes del motor con un coste muy superior.




Centralita del motor: El módulo de control del motor gestiona toda la información de los sensores y actuadores de los propulsores, ya sean de gasolina o gasóleo. La centralita es una pieza electrónica que en caso de averiarse tiene como única reparación fiable la sustitución, con un precio medio del componente entre 650 y 2.500 euros. Se suelen estropear por un fallo de tensión eléctrica del coche o por la humedad.

Inyectores: Los carburadores dejaron paso a los inyectores para alimentar los motores, una tarea que deben realizar con la precisión necesaria para el correcto funcionamiento del mismo. Con el uso pueden deteriorarse y también obstruirse por la suciedad del combustible o la presencia de otros restos del motor. Lo más frecuente es que se averíen de uno en uno, pero en caso de ser necesaria la sustitución de todos la factura puede superar los 2.000 euros.


 Bueno espero que os sirva para saber cómo cuidar mejor a vuestros coches y disfrutar más de ellos¡

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